Cómo preparar mejores sesiones psicológicas en menos tiempo (y con más impacto)
Descubre cómo optimizar la preparación de tus sesiones de terapia para lograr un mayor impacto en menos tiempo, superando el mito de que la sesión solo se construye en el momento.
El falso mito de que "la sesión se construye en la sesión"
Seguro que más de una vez has escuchado —o incluso pensado— algo como:
"No necesito preparar tanto la sesión, lo importante es fluir en el aquí y ahora."
Y sí, es verdad que la presencia y la escucha activa son la base del proceso. Pero también es verdad que cuanto mejor prepares cada sesión, más impacto puedes generar en menos tiempo.
El problema es que preparar sesiones te lleva tiempo. Y cuando tienes muchas en una semana, es normal que acabes improvisando sobre la marcha o tirando de memoria. Porque, seamos sinceros:
- ¿Cuántas veces has empezado una sesión sin tener del todo claro qué ibas a trabajar exactamente?
- ¿Cuántas veces has pensado que te vendría bien repasar mejor las últimas sesiones antes de seguir?
- ¿Cuántas veces has sentido que repites lo mismo porque no tienes un plan claro a medio-largo plazo?
Este artículo es para ti, que quieres dar lo mejor de ti en cada sesión, pero sin tener que pasar horas preparando.
El problema de preparar "de memoria"
Si preparas solo en base a lo que recuerdas, corres el riesgo de:
- Pasar por alto temas importantes que han salido en sesiones anteriores.
- Perder la perspectiva del proceso completo, centrándote solo en lo que pasa hoy.
- Repetir intervenciones que ya has hecho y que el paciente ya ha escuchado.
- No conectar las sesiones entre sí, haciendo que el paciente sienta que va "dando vueltas".
Lo que diferencia a los mejores terapeutas
Los terapeutas que marcan la diferencia no son solo los que escuchan bien en sesión.
Son los que:
- Preparan cada sesión con intención.
- Traen a la sesión temas clave que el paciente ha dejado abiertos.
- Recuperan frases o emociones que el paciente ya ha expresado antes, y las devuelven en el momento justo.
- Conectan cada sesión con el proceso global, haciendo que el paciente sienta que hay un camino y un propósito claro.
Cómo preparar mejores sesiones en menos tiempo
1. Revisa siempre la última sesión antes de empezar No te fíes solo de tu memoria. Repasa lo que trabajaste, lo que quedó pendiente y cualquier detalle que te pareció importante.
2. Identifica un objetivo claro para la próxima sesión Piensa en qué quieres ayudar al paciente a ver, sentir o conseguir en la siguiente sesión.
3. Prepara una o dos preguntas potentes Las preguntas abren el espacio terapéutico. Llega con al menos una o dos preparadas que puedan desbloquear algo importante.
4. Trae a la sesión elementos que el paciente ya ha dicho Recuperar sus propias palabras, metáforas o emociones les hace sentir vistos y les conecta más con su propio proceso.
5. Sé flexible, pero con una intención clara Prepárate, pero deja espacio para que el paciente traiga lo que necesite en el momento.
El reto: preparar así cada sesión requiere tiempo y energía
Y cuando tienes:
- 5, 6 o más sesiones en un día,
- Informes que hacer entre sesiones,
- La vida personal llamando a la puerta,
Es normal que no llegues a preparar como te gustaría.
La solución: tener un asistente que haga el trabajo por ti
Aquí es donde PsaicoTools te cambia el juego.
Cómo PsaicoTools te ayuda a preparar sesiones de forma rápida y profunda
- Te entrega un resumen estructurado de cada sesión pasada.
- Te muestra los temas clave que se han repetido, para que puedas retomarlos en el momento justo.
- Te señala los cambios en el discurso emocional, para que puedas ver si el paciente está avanzando o bloqueándose.
- Te propone puntos de partida para la siguiente sesión, basados en el análisis del discurso real del paciente.
Así, tú solo tienes que dedicar unos minutos a revisar el informe antes de la sesión, y llegas con una claridad que te diferencia como profesional.
Ventajas que notarás desde la primera semana
- Menos improvisación, más dirección.
- Sesiones más profundas y conectadas entre sí.
- Pacientes que sienten que les llevas de la mano en su proceso.
- Más confianza en ti mismo como terapeuta.
- Menos tiempo invertido en preparar, más impacto en cada intervención.
¿Te imaginas tener este nivel de preparación sin perder horas?
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